BOTELLA , AMISTAD

Palabras de Ano, que la quiero mucho... ;)




Le daba todo vueltas, no entendía nada, era incapaz de pensar en no pensar y cuanto mas pensaba en ello menos lograba no pensar.

Todo era por un complejo problema algebraico que no conseguía resolver, tenía la solución, sabía la solución...pero no podía utilizarla.

Sería como hacer trampas. No debía poner el resultado directamente sin un previo planteamiento.

Había tardado semanas en resolver el problema, y por mucho que lo repasase no le cuadraban los resultados. El planteamiento era el correcto, los cálculos eran exactos...pero el resultado no era el mismo que venía en la solución.

Tenía que resolver el problema, le estaba quitando el sueño, le invadía la mente constantemente, se le había olvidado qué era eso de pensar, qué era eso de resolver problemas, pensó que sería mas fácil, pero la falta de práctica estaba pasando factura.

Decidió evadirse, olvidar el problema por unos instantes, sabía que sería complicado, pero lo intentaría. "Ésta vez no" le dijo a sus zapatillas de deporte, "esta vez iré solo".

Salió, respiro el aire de la noche que se le metió hasta la médula, y anduvo un rato, pensando. La idea no era pensar, pero lo hizo, no podía evitar odiar su problema con las matemáticas, no entendía por qué nunca supo resolver ese tipo de problemas; en la escuela de vivir le habían mostrado todos los pasos a seguir, pero los despreciaba. No merecía que se tratase dicha cuestión de un modo anárquico, todo tendría una respuesta.

Se tumbó en la hierba fría y húmeda, pero no le importaba constiparse y empezó a cantar; a cantarle al aire, a cantarle a la noche, a cantarle a esa estrella. Era como mandar un mensaje en una BOTELLA, el mensaje nunca llegaría a su destino, y si lo hacía lo haría tarde, pero era una manera de sincerarse consigo mismo.

Esa noche sus estrellas eran matemáticas. Y no podía dejar de mirar esa estrella. Sabía que a lo mejor la solución del problema era mirar otras estrellas, era desviar su atención del problema y darlo por resuelto, pero no. No era la única estrella del cielo, pero era la única que miraba, ya habría tiempo de mirar las demás. Ya habría tiempo de lamentarse. Ya habría tiempo de recibir luz de otros focos, había complicidad, había tensión...

Se escudaba en la AMISTAD de su guitarra, a la que abrazaba antes que a la soledad, se escudaba en la amistad con su infortunio, se escudaría en sus derrotas y en todas esas "buenas" compañías para recordarlas que se levantaría, que algún dia aprovaría matemáticas.

Estaba acostumbrado.

Él antes molaba.

"Cuan puta es la vida cuando me mira de reojo", tras decir eso, se durmió.